Cómo mejorar el autocontrol para ser más eficaces en nuestra vida
Una de las características que nos diferencian del resto de especies animales es la capacidad que hemos desarrollado los seres humanos para el autocontrol. Tenemos la virtud de poder controlar nuestros impulsos, y, a su vez, eso nos permite vivir en sociedad.
La falta de autocontrol nos llevaría a hacer caso a los impulsos más básicos sin pensar en las consecuencias. Cuando hablamos de autocontrol no nos referimos únicamente al físico sino también al emocional, por supuesto. Conocer nuestras emociones y saber gestionarlas es la principal característica del autocontrol.
El autocontrol emocional nos permite ser dueños y no esclavos de nuestras propias emociones, y el objetivo de ello es lograr un mayor rendimiento tanto en el ámbito personal, como profesional y en las relaciones sociales.
Qué es el autocontrol
Es la capacidad de dominio que tenemos sobre nosotros mismos, nuestros impulsos, pensamientos y emociones. Es la principal característica de la inteligencia emocional y está ligado a la fuerza de voluntad. De esta forma conseguimos afrontar las diferentes situaciones del día a día de forma más serena y eficaz.
El autocontrol nos permite mantener la calma, aprender a afrontar las situaciones difíciles con serenidad, ayuda a controlar el estrés o a tomar mejores decisiones. En conjunto nos ayuda a mejorar nuestro rendimiento porque nos permite tomarnos el tiempo necesario para asumir, relativizar y reflexionar nuestra actitud antes de actuar.
Cuando hablamos de autocontrol emocional nos referimos, además, a la capacidad de controlar los pensamientos impulsivos que pueden terminar dañando nuestra autoestima, nuestra confianza o nuestra motivación, por un lado. Por otro, nos ayuda a controlar aquellos pensamientos que llevan a actuar de forma que después nos podemos arrepentir, como dominados por la ira, el miedo, la decepción…
Consejos y técnicas para lograr tener autocontrol
Aunque hemos dicho que es la característica que nos diferencia del resto de especies animales, el nivel alto de autocontrol no es innato, y es una cualidad que se tiene que mejorar. Para ello, existen ejercicios y técnicas que pueden ayudarte a aprender a tener autocontrol para mejorar tu eficacia.
- Tu actitud es un gran impulso para mejorar el autocontrol. Cuanto más consciente seas de que puedes cambiar y más motivación tengas para ello, más mejorarás. Es fundamental que no te dejes invadir por la frustración y que vayas dando pasos cortos pero significativos.
- Conoce tus hábitos negativos, para ello puedes llevar a cabo ejercicios de autoconocimiento y conciencia emocional. Fíjate en aquellas situaciones en las que te cuesta más controlar tus impulsos y analiza qué sientes en esos momentos.
- Cuando creas que lo necesitas, tómate unos minutos para ti, para tu reflexión y recuperación de la serenidad. Es mejor que hagas una pausa a que estés fingiendo y puedas desarrollar emociones negativas por ello. Es importante que sepas que el autocontrol no significa ignorar las emociones y hacer como que no existen, sino todo lo contrario: dejarlas fluir, conocer cómo actúan y aprender a controlarlas.
- Practica la inteligencia emocional, ejercita aquellas características que te permiten conocer tus emociones y las de los demás para disfrutar de unas relaciones sociales más fructíferas y un mayor rendimiento.
- Procura alejarte de las tentaciones. A veces no es fácil, pero cuando hablamos de autocontrol, así como de autocontrol emocional, también hablamos de saber elegir las situaciones a las que nos enfrentamos. Por eso, si sabes que una situación puede crearte un conflicto interno con el que te va a costar lidiar, evítala dentro de tus posibilidades.
- Mira tus tentaciones con otros ojos y procura deshacerte del componente atrayente que te producen. Ocurre con productos, y también con situaciones. Por ejemplo, si una persona hace algo que a ti te da mucha rabia, te produce ira y sientes ganas de reaccionar, mira la situación como algo por lo que no merece la pena luchar, piensa en la situación como una pérdida de tiempo que no te va a llevar a conseguir tu objetivo.
- La regla de los 10 minutos. Esta es una técnica que puede serte muy útil cuando notes que tienes un impulso. En ese momento, quizás te sea difícil contener tus deseos, pensamientos o emociones, por lo que tienes que decirte a ti mismo “lo harás, pero no ahora, dentro de 10 minutos”. Cuando haya pasado el tiempo lo más probable es que tu impulso haya disminuido y puedas tener autocontrol sobre tus actos.
Con este conjunto de consejos y técnicas, lograrás aumentar el nivel de tu autocontrol. Recuerda que prácticamente nada es inmediato cuando hablamos de modificar nuestros sentimientos y comportamientos. Tomate tu tiempo, informa a las personas que te rodean de cuál es tu objetivo para que estén al tanto y sean cuidadosas. Ellos no solo pueden ayudarte a mejorar, sino que pueden evitarte situaciones que podrían suponer un conflicto para tu autocontrol.
En qué mejora tu día a día cuando tienes un nivel alto de autocontrol
Ya hemos visto que el autocontrol tiene un gran beneficio en prácticamente todos los ámbitos de nuestra vida. Vamos a ver más detalladamente cómo puede mejorar nuestro día a día, y, en especial, nuestro rendimiento personal y profesional.
- Mejora el bienestar emocional porque supone un muy buen ejercicio de autoconocimiento. Para lograr controlar nuestras emociones, sensaciones o reacciones es necesario primero conocernos, descubrir qué situaciones nos pueden generar un conflicto emocional y en qué momentos sabemos mantener la calma. Conoce más técnicas de autoconocimiento.
- Te ayuda a mejorar tu autoestima porque te ves capaz de cumplir algunos objetivos que antes veías como inalcanzables. Ir, además, cumpliendo pasos en dirección a tus metas es siempre un impulso para seguir intentándolo y dejar de lado la frustración, que no es una buena compañera de viaje.
- Aquí es donde empieza a mejorar nuestro rendimiento: nos ayuda a aumentar nuestra concentración. ¿Por qué? Cuando somos capaces de controlar nuestros impulsos −nuestra curiosidad por ver de dónde viene un ruido o la pausa para comer mientras estamos trabajando, por ejemplo− nos ayuda a centrarnos más en la tarea que estamos haciendo, ya sea una conversación con un amigo, el trabajo o haciendo deporte.
- Por otro lado, nos ayuda a mantener la calma y pensar con claridad. No nos dejamos llevar por el miedo o la incertidumbre, aprendemos a valorar las diferentes posibilidades y a elegir con eficacia cuál es la que más nos conviene.
- Contribuye también a lidiar con el estrés de las situaciones complicadas. Cuando discutimos con otras personas, cuando consideramos que no disponemos de herramientas suficientes para completar nuestros objetivos… En esos momentos, nuestro autocontrol emocional nos hace dedicar unos segundos a analizar la situación, relativizar y mirar los problemas desde otro punto de vista.
Cuando una persona carece de altos niveles de control sobre sí misma puede reaccionar de forma más imprevisible y sin tener en cuenta las consecuencias que puede tener su comportamiento. Estas situaciones pueden llevarnos a la frustración, a sentirnos bloqueados en nuestro desarrollo personal o a sentir estrés ante las dificultades.
Por eso, dedica tiempo a tu autoconocimiento y aprende a controlar tus pensamientos, emociones y comportamientos para crecer tanto personal como profesionalmente. El autocontrol es la llave para un mejor rendimiento y un mayor éxito.