Vivir sin miedo

Vivir sin miedo es posible, ¿sabes cómo hacerlo?

El miedo es una de las emociones básicas del ser humano y cumple una función vital para la supervivencia de este. Es una emoción que nos ayuda a detectar un peligro y nos aleja de lo que consideramos una amenaza para nuestra integridad física o emocional.

Sin embargo, cuando no logramos gestionar ese miedo, puede volverse contra nosotros y bloquear nuestra capacidad para desarrollarnos personalmente, paralizarnos ante ciertas situaciones o evitarnos de hacer ciertas actividades que estamos deseando.

Deshazte de la necesidad de salir corriendo, de las palpitaciones o el bloqueo afrontando tus miedos. En este artículo vas a descubrir que es posible vivir sin miedo y que tú puedes llevar a cabo ese cambio. Aprenderás, además, cómo superar el miedo y a verlo como una oportunidad para crecer.

Vivir sin miedo no significa no sentir nunca temor, sino aprender a convivir con esas sensaciones que este te produce, saber analizarlas y elegir cómo actuar en cada momento de manera proporcionada.

Antes de empezar el proceso de superación de un miedo lo más importante es que tú seas consciente del cambio que quieres y estés dispuesto a vivirlo. Es fundamental que seas constante y que, cuando las cosas no salgan como te gustaría, no olvides tu objetivo.

Primer paso para vivir sin miedo, conocer el miedo

El miedo tiene muchas caras y facetas. Existen miedos a todo tipo de cosas, situaciones y conceptos: a las arañas, a volar en avión o miedo a un cambio, por ejemplo. Además, el miedo puede llegar a ser pánico, terror o una fobia y cada persona actúa ante ello de forma diferente.

Cuando el miedo está condicionando tu vida, es el momento de hacer un cambio. Es el momento de enfrentarte a él y vivir sin miedo. Para ello es necesario hacer un trabajo constante de reconocimiento de tus sentimientos y de la gestión de tus emociones.

Para empezar a vivir sin miedo, lo primero es reconocer y conocer tu miedo. No puedes eliminarlo así por que sí, pero puedes aprender a convivir con él y permitirle ser un compañero que no te condiciona el viaje.

  • Reconoce tu miedo, identifícalo y ponle un nombre. En ocasiones podemos sentir miedo sin un motivo aparente, pero siempre hay uno. Busca el motivo de tu malestar, si es que no lo has hecho ya, y ponle la etiqueta de “miedo a…”.
  • Conoce tu miedo, analiza cómo actúa en ti y cómo reaccionas tú a él. Recuerda que cada persona lo hace de forma diferente, y ninguna es mejor que la otra. Esa es la forma en la que tú actúas y descubrirlo es un paso muy grande para superarlo. Procura profundizar en tu miedo, por ejemplo, pensando lo siguiente: “me dan miedo los perros, pero exactamente ¿que se me acerquen, me muerdan, me chupen, me salten encima…?”
  • Afronta tu miedo, ahora que lo has analizado y que sabes cómo actúas, deja de huir de él. Este es el momento en que empiezas a trabajar para empezar a vivir sin miedo.

Puedes pedir ayuda a las personas de tu entorno para que te digan cómo reaccionas y descubrir si tu perspectiva es la misma que la de ellos. Es posible que tú pienses que actúas con tranquilidad, pero otras personas te dicen que te pones demasiado tensa o que empiezas a respirar demasiado rápido.

Trabaja tu miedo para controlarlo y empezar a vivir sin miedo

Una vez has hecho una observación del miedo y conocer cuál es tu reacción ante él, es el momento de trabajarlo. No es un proceso rápido, ni dura un tiempo concreto. De nuevo, cada persona lo vive de forma diferente y cada una sabe lo que necesita.

  • Mira el miedo con perspectiva. Obsérvalo desde fuera y plantéate si tu reacción es razonable. Los miedos se forman en nuestra parte más irracional y, en muchas ocasiones, a partir de nuestra imaginación. Toma perspectiva, relativiza y dile a tu mente si ese peligro existe o no.
  • Céntrate en las peores fantasías, como dijo el filósofo Séneca, trabaja la “premeditación de todos los males”. Ponte en las peores situaciones para conocer cómo reaccionarías, si sería tan malo y qué es lo que produce angustia de esas situaciones.
  • Empieza a enfrentarte a esas situaciones que te provocan temor, pero siendo consciente de que tienes el control sobre tus emociones y recuerda todo lo que has explorado sobre esas situaciones: no son como tú te imaginas. Intenta empezar a controlar tu reacción. Puedes pedir ayuda a alguien de tu entorno, pero, cuidado, no crees dependencia de su compañía.

Estás por el buen camino para cambiar tu bienestar y descubrir que se puede vivir sin miedo. Trabaja tu miedo hasta que este vaya disipándose poco a poco. Según vayas dando pasos hacia adelante, además, te irás encontrando mejor contigo mismo.

Además de trabajarlo de esta forma, puedes probar algunas de las técnicas de la programación neurolingüística, PNL, que te ayudan a cambiar la percepción de la realidad y a enfrentarte a esas situaciones que te provocan temor.

El último paso: el miedo ha dejado de condicionar tu vida y lo has superado

Una vez has logrado enfrentarte a la situación que antes te provocaba temor y has logrado controlar por completo tu reacción, significa que has superado ese miedo. Ahora puedes disfrutar de un mayor bienestar y te sientes reforzado.

Controlar tu reacción no significa únicamente controlar tu reacción física, por supuesto, sino también lo que ocurre en tu mente y cómo gestionar esas emociones. Puedes sentir el miedo, pero lo observas y lo dejas pasar, sin dejar que se adueñe de tu vida.

Celebra cada paso adelante como un gran logro, porque así lo merece. Una vez empiezas a superar el miedo, te das cuenta de todo lo que te estabas perdiendo cuando no sabías controlarlo. Vivir sin miedo es recuperar un bienestar que, cuando nos bloquea el temor, creemos totalmente perdido.

Observa el miedo como una oportunidad para crecer

Una vez has superado un miedo, puedes mirar también al resto de situaciones que te provocan temor con esta misma perspectiva, utilizando el conocimiento que has adquirido durante este proceso. Es un crecimiento que te ayudará y acompañará en el resto de situaciones que te provocan

Gestionar las emociones y enfrentarte a los miedos te abre un camino de nuevas experiencias. Para ello, puedes empezar a ver el miedo como una oportunidad para crecer y vivir tu desarrollo personal.

Aprender a vencer el miedo te ayuda a vivir situaciones a las que, sin ello, les habrías cerrado directamente la puerta. Es un conocimiento que enseña a vivir los cambios, y la incertidumbre que estos conllevan, con plenitud y con una gran actitud de superación.

Superar un miedo tiene, además, un gran impacto en el autoconocimiento, la autoconfianza y la autoestima. Aprender a vencer el miedo te muestra dónde están tus límites y cómo puedes superarlos, te demuestra tus fortalezas y tu capacidad para adaptarte a diferentes situaciones. Es una sensación de satisfacción que te llena de confianza para enfrentarse a lo que te propongas.

Pasar por el proceso de superar el miedo te da las herramientas necesarias para vivir con plenitud, aumentar la confianza en tus fortalezas y disfrutar de mayor bienestar. El cambio empieza en ti, es posible vivir sin miedo.